Para amar, es preciso conocer y en la medida de lo posible, comprender; y por ello, se hace precisa la concienciación nacional en la defensa y protección del medio natural.

Asimismo, no podemos limitarnos a una defensa de la naturaleza como si fuera algo ajeno al hombre y a las comunidades humanas; hemos de ser capaces de difundir modelos de ecología humana que pongan al hombre en toda su dimensión física, psíquica, moral y espiritual en el centro de los ecosistemas.

Porque no creemos en un falso y promocionado enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza; creemos, por el contrario, que en ocasiones el hombre sobreexplota o usa indebidamente de los recursos naturales; pero a la vez creemos que es el ser humano quien debe ser protagonista de la conservación del medio asumiéndolo como un deber de lealtad, respeto y responsabilidad frente a la herencia recibida y las generaciones posteriores.

La protección del patrimonio cultural, artístico y arquitectónico español también son expresión de la parte de nuestro patrimonio natural; así como la defensa de modelos de ciudad respetuosos con el medio natural, con la historia de las comunidades y con la necesidad de crear espacios reales para la convivencia humana.